Proyectos en el Cajón
La Bolsa Mágica se llevó a fin y se convirtió en un lugar mágico y envolvente, donde niños y adultos,
conocidos o no, cuando entran sienten algo especial. Hay un montón de lugares bonitos y únicos en
Madrid, que también están pensados para los niños. Y la cosa, de partida, no estaba fácil para ninguno.
Como os conté otra vez, muchos han ido
desapareciendo (5 dolorosos cierres se vieron sólo
en el 2019) y otros… otros me temo que no lo
tendrán fácil los próximos meses. De verdad espero
que no se cumpla la profecía de los noticieros..
Ya os he contado cómo surgió la idea y la evolución y
montaña rusa de emociones hasta que llevé a cabo
el proyecto y abrí La Bolsa Mágica. Había trámites
aburridos – sesiones en Ventanilla Única, Oficina
Española de Patentes y Marcas, Notaría y Escrituras
de Constitución, Registro Mercantil Central – todo un
máster en constitución de empresas y pasos que
también tenían su cosilla: mi primera marca, mi
primer CIF… Pero la parte bonita eran aquellas ideas
que me hacían despertar totalmente fresca antes de
las 7:00 para apuntar una idea, e ir andando al
trabajo para rellenar el tiempo que me sobraba hasta
las 9:00 mientras desarrollaba las ideas en mi cabeza
y las apuntaba en una libreta (libretas, desde que
abrí la tienda, debo haber gastado ya 20)
De todas las ideas que iban surgiendo según avanzaba, algunas tendrían cabida en el proyecto final pero
hubo otras que, aunque no eran malas, se quedaron sin realizar. Falta de tiempo, de presupuesto, o creer
que eso era para “otro tipo de empresas” más ambiciosas y no para hacer yo sola.
Tengo que confesar que nunca vi a La Bolsa Mágica como una tienda online -algo que ahora nos está
doliendo- por miedo a no poder gestionarlo bien “¿realmente tendremos la mercancía que aparece en
stock, o está entre las cosas que han sido abiertas, sustraídas o que se han usado para algún otro
propósito?” (cuando lo hagamos, lo haremos bien). Pero sí tuve otros sueños, quizás más grandes y más
difíciles aún, sueños y proyectos que no querría dejar de hacer, pues quizás nos habrían dado el toque
mágico.
Son proyectos que llevan tiempo y una inversión. Lo primero no lo tenía, y lo segundo… pues tampoco
quería embarcarme sin saber que iba a hacerlo en serio, que luego tendría apoyo para ejecutarlo de
manera profesional. (y con un sólo día “laboral” en La Bolsa Mágica, todo esto era difícil de poner en
marcha). Por eso se quedaron en un cajón. Y ahora que estoy confinada y con el mono de hacer cosas que
se te queda cuando llevas ocho años trabajando los siete días de la semana, parece que ha llegado el
momento.
Pues bien, estos días me he dado cuenta de que, como decían la bolsa de pipas Facundo, “no quisiera
dejar este mundo sin…” Sin llevarlos a cabo. Pensaría que no hice lo posible para mantener ese lugar tan
bonito. Y sabría que eran ideas buenas. Además, son ideas que complementan el espacio y el proyecto de
La Bolsa Mágica.
La primera idea surgió en los comienzos. La Bolsa Mágica iba a ser también una “bolsa mágica”. De hecho,
ya en el 2011 la registre en la OEPM para chuches, para juguetes, para un montón de cosas (por cierto,
que “la caja mágica” de Miguelañez pudo haber surgido de las conversaciones que tuve con ellos para
conseguir buen surtido de chuches envueltas cuando intentaba darle forma a nuestras bolsas de
golosinas para dar con los cumples… siento debilidad por sus tronquitos de fresa). Pero más allá de las
bolsas de chuches, lo que sabemos hacer muy bien – y para eso tenemos el almacén de materiales más
deslumbrante del mundo – son manualidades chulas. La ilusión de convertir la bolsa mágica en un
paquetito lleno de sorpresas y cosas chulas y únicas para repartir a los niños en ocasiones especiales
siempre ha estado presente. La bolsa mágica tendría multitud de desarrollos que también están pensados
y que llevaríamos a cabo. Espero que pronto los podáis ver.
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El segundo proyecto se empezó a gestar en 2015. En ese año creamos el árbol de los chupetes, en 2016
escribimos un cuento, y lo intentamos ilustrar nosotras (abajo os he puesto una ilustración preciosa de
Cecilia)… Pero hay que tener tiempo y dedicación… El cuento del Hada de los Chupetes no se pudo
plasmar en imágenes. Otro proyecto abandonado. Tan bonito y fácil. Nosotros queremos que los niños
que quieran dejarle su chupete a las haditas que nacen en el reino de las hadas, vengan a dárselo al Hada
de los Chupetes. Y que el vestido tan bonito que le encargamos a Rebeca Cebrián, aparezca en las crónicas
de aquella historia con ilustraciones bonitas y brillantes.
Por cierto, ¿sabéis que estos días las hadas que optan al próximo relevo ya están aprendiendo caligrafía
inglesa con cursos online?.
Los demás proyectos no eran proyectos aparcados, sino proyectos que poco a poco –pero quizás ahora
con más prisa– queríamos ir lanzando:
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Pronto veréis que retomamos los talleres Coffee & Crafts con muchas modalidades – adultos, abuelos,
intergeneracionales, etc. etc.
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Pondremos nuestro espacio a trabajar para ofrecer un montón de actividades chulas para adultos que
están cada día en sus casas y quieren aprender nuevos hobbies y conocer a otra gente creativa.
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Haremos más actividades de aire libre y trabajaremos con más empresas y organizaciones.
No te pierdas nuestro siguiente artículo sobre el Concurso de Cuentos: “Yo me quedo en casa”